Definitivamente uno de los cortes favoritos de todos los paraguayos. Recomendamos sacar de la parrilla en punto jugoso y deleitas a tu visita con un manjar. Creemos que a este corte no le falta mucho más que sal y un poco de amor.
- Prepará tu fuego, media bolsa de carbón para 1 tapa.
- Sacá la tapa del envasado al vacío, dejala “respirar” por unos 5 minutos.
- Colocale sal gruesa (preferiblemente sal para asado) de ambos lados, tanto del lado de la grasa como del lado de la carne. Digamos que la sal debe cubrir un 40% del corte ** un truco es pasarle suavemente el cuchillo a la capa de grasa generando un espacio entre la grasa para que la sal le penetre mejor.
- Controlá que tu fuego esté en la intensidad adecuada, y tu parrilla (si aplica) en la altura deseada. Para medir esto colocá la palma de tu mano 15 centímetros arriba de la parrilla y contá hasta 12. Si aguantas menos que 12 segundos el fuego está muy fuerte. Si aguantas mucho más que 12 segundos el fuego está muy lento. deberías poder aguantar entre 12 a 15 segundos para que la intensidad del fuego sea la ideal.
- Una vez que logres la intensidad ideal del fuego colocá la tapa cuadril del lado de la carne tocando la parrilla; dejalo ahí por 1 hora aproximadamente. Dejando la grasa hacia arriba permite una mejor coción del corte permitiendo a la grasa penetrar a la carne.
- Una vez que la carne se cocine bien del lado de la carne, da la vuelta dejando que la grasa toque la parrilla y pueda cocinarse un poco antes de servir, acá debemos estar bien atentos a que no se queme la grasa pero alcanzar que logre un punto crocante.
- Al sacar el corte colocalo sobre una tabla y asegurate de cortarlo siguiendo los nervios de la fibra de la carne. No lo cortes de manera cruzada.
- ¡A DISFRUTAR!